Sobre la fraternitat (Jorge Semprún)


El profesor Maurice Halbwachs había llegado al límite de la resistencia humana. Se vaciaba lentamente de sustancia, alcanzada la fase última de la disentería, que se lo llevaba en la pestilencia. 

Un poco más tarde, mientras yo le contaba lo primero que se me pasó por la cabeza, sencillamente para que escuchara el sonido de una voz amiga, abrió de repente los ojos. La congoja inmunda, la vergüenza de su cuerpo delicuescente eran perfectamente legibles en ellos. (...)

Entonces, presa de un pánico repentino, ignorando si podía invocar a algún Dios para acompañar a Maurice Halbwachs, consciente de la necesidad de una oración, no obstante, con un nudo en la garganta, dije en voz alta, tratando de dominarla, de timprarla, unos versos de Baudelaire. Era lo único que se me ocurría
O mort, vieux capitaine, il est temps, levons l´ancre....
La mirada de Halbwachs se torna menos borrosa, parece extrañarse. Continuo recitando. Cuando llego a..
nos coeurs que tu connais son remplis de rayons, 
un débil estremecimiento se esboza en los labios de Maurice Halbwachs. 
Sonríe, agonizando, con la mirada sobre mí, fraterna. 

La escritura o la vida, Jorge Semprún, pp . 35-36

Comentaris