The wire


Sobre The Wire. Article de Xavier Antich a La Vanguardia. Copiï-aferr:

A lo mejor, en marzo del 2008, The wire era sólo una serie genial, que no es poco. Hoy, sin duda, es ya el mejor diagnóstico que existe sobre el fracaso social del sistema capitalista en la sociedad postindustrial. Por eso, The wire no crea adeptos. Tiene adictos. Mirar a través de sus ojos enseña sobre el mundo en el que vivimos. Y lo que a principios del 2008 podía ser un retrato real de una ciudad de segunda fila norteamericana como Baltimore y una hipótesis de pretensión visionaria, hoy ya es, a todas luces, el mejor mapa para saber dónde estamos.

Vean cómo lo cuenta David Simon, su creador: "The wire describe un mundo en el que el capital ha triunfado por completo, la mano de obra ha quedado marginada y los intereses monetarios han comprado suficientes infraestructuras políticas para poder impedir su reforma. Es un mundo en el que las reglas y los valores del libre mercado y el beneficio maximizado se confunden y diluyen en el marco social, un mundo en el que las instituciones pesan cada día más, y los seres humanos, menos". ¿Les suena de algo? Hagamos la prueba: si alguien piensa todavía que estoy hablando de televisión, es que me explico muy mal.

La serie habla de los que sobran, de los que ya valen mucho menos de lo que valían en otro tiempo, si es que todavía valen algo. Desempleados, antiguos trabajadores, fracasados escolares y expulsados del famoso ascensor social del sistema. Los que la dinámica de las cosas ha convertido en prescindibles. Los excluidos, tanto los que saben que lo son, o que ya lo supieron siempre, como los que todavía no se han dado cuenta. Los que la economía postindustrial ha dejado atrás. La inmensa mayoría silenciosa del sistema. Ellos son los protagonistas de la historia: de The wire y de las noticias que leemos cada día. La sociedad de la vigilancia y del control, que anticipó con tanta lucidez Michel Foucault hace cuarenta años ha dejado paso a la sociedad que centrifuga a una gran parte, y a un ritmo vertiginoso, fuera de la propia sociedad, a sus márgenes. La periferia, hoy, es ya el centro. Y esto no ha hecho más que empezar. La realidad continúa allí donde The wire dejó el diagnóstico. Entramos en una nueva era. Tal vez el aviso de Londres en agosto iba por ahí.

Les altres dues sèries favorites són: El Ala Oeste de la C. Blanca i Mad Men. Per riure, Modern Family.

Comentaris

rosquilleta ha dit…
molt bona la metáfora